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Por Mauricio Quimbaya

Introducción

Sin lugar a dudas estamos entrando al siglo de oro de la biología; si los grandes físicos del siglo pasado como Einstein o Hawking revolucionaron la ciencia con su teoría de la relatividad y con sus historias de hoyos negros y Big Bangs, éste es el siglo de los biólogos como Watson, Crick y Venter. El momento que estamos viviendo actualmente, está destinado a modificar la visión acerca de la biología de los seres vivos de una manera radical. Las últimas tecnologías de secuenciación, las técnicas más recientes para analizar la expresión de todos los genes de un determinado organismo, y el auge de nuevas tecnologías basadas en el análisis masivo de proteínas han creado una nueva dimensión para explicar fenómenos biológicos: una visión sistémica de la biología.

Con el advenimiento de las nuevas tecnologías ómicas (genómica, proteómica, metabolómica, transcriptómica, etc), actualmente los científicos estamos en la capacidad de evidenciar no solo lo que pasa con un gen específico que se encuentra sospechosamente asociado con un fenotipo particular como por ejemplo, una enfermedad, sino que al mismo tiempo podemos ver de que manera fluctúan, se alteran, modifican su expresión o se reprograman el resto de veinte mil genes que constituyen el genoma de un persona o un grupo de personas. De esta manera, es posible identificar grupos de genes que se alteran de una misma manera, o encontrar subgrupos claves de genes que influencian directamente la expresión de otros, trayendo como consecuencia el origen de dicha enfermedad. En las últimas décadas, hemos pasado de una visión mecanicista de la biología (un gen, una enzima un fenotipo), a una visión sistémica del problema, es decir, queremos averiguar, cómo se alteran las redes génicas, enzimáticas o proteicas y así tratar de entender a los sistemas biológicos como un todo en el cual hay una interconexión dinámica entre cada una de sus partes.

Distintas ventanas, que dan una nueva dimensionalidad a la forma como entendemos la biología, se han abierto gracias a los recientes avances tecnológicos en materia de investigación celular y molecular. Una de dichas ventanas, es la que denominamos los científicos como genómica comparativa, una rama de la biología emergente, que surge como consecuencia directa, de la divulgación de distintos proyectos de secuenciación de genomas completos. Aunque suene un poco a ciencia ficción, los científicos estamos ahora en la capacidad de aprender nuevas cosas, basándonos no solo en cada una de las piezas que forman el rompecabezas de la vida (los genes), sino, que ahora podemos generar un nuevo conocimiento, tomando una perspectiva más completa, analizando como una unidad informativa a todo el rompecabezas ya ensamblado, la sumatoria de cada una de las piezas (el genoma) y por comparación con otras unidades distintas (genomas diferentes) tratar de sustraer información que solo puede ser adquirida haciendo este tipo particular de comparaciones. Crees que podemos aprender algo nuevo si comparamos nuestro genoma con el genoma de una mosca, o con el de una planta?. Tal vez, pensándolo un poco a la ligera, tu primera respuesta podría ser no, pues en realidad no nos parecemos mucho a una mosca o a una planta, pero las células de nuestro cuerpo, nuestras unidades básicas como organismos, no son muy diferentes a las células de una mosca o una planta; es más, aunque suene un poco raro, biológicamente somos parientes lejanos de las moscas, y de las plantas y en la memoria genética de nuestras células persisten características básicas del ancestro común que alguna vez compartimos miles de millones de años atrás.

En el presente escrito, hablaré un poco acerca de la genómica comparativa y trataré de ilustrar con algunos ejemplos, lo que hemos podido aprender comparando genomas de distintas especies, información que ha sido invaluable para entender procesos tan básicos como la percepción sensorial, o el origen de enfermedades como el cáncer.


Comparamos para encontrar diferencias y así, entender procesos

Una de las herramientas más útiles y de mayor uso dentro del método científico es la comparación. Los científicos comparamos todo el tiempo, por ejemplo comparamos un grupo de plantas que no toleran condiciones de sequía, con plantas típicas de desierto como los cactus para saber que mecanismos y que estrategias particulares usan las plantas de desierto en condiciones tan drásticas. Comparamos grupos de pacientes que sufren una misma enfermedad con personas sanas para tratar de entender como surge dicha dolencia, o comparamos una célula normal con una célula cancerígena para tratar de entender de qué manera dicha célula, pudo dejar de cumplir su tarea específica para transformarse en una célula sin control. Pero las tecnologías modernas como las técnicas de secuenciación de última generación, han revolucionado nuestra manera de hacer comparaciones. Anteriormente cuando encontrábamos un gen, el cual creíamos que era responsable de una enfermedad, comparábamos su secuencia de nucleótidos entre pacientes sanos y pacientes portadores de la enfermedad para encontrar diferencias entre dichas secuencias y si las existían, tratar de asociarlas con la enfermedad. Ahora las nuevas técnicas de secuenciación de segunda generación y las que se aproximan de tercera y cuarta generación permiten la secuenciación de un genoma tan extenso como el genoma humano tan solo en un par de días. Para finales del presente año, el proyecto 1000 genomas espera tener la secuencia del genoma completo de 1000 personas, pero dicho proyecto no espera detenerse allí, para el 2011, espera aumentar esta cifra a 50000 personas y a medida que la tecnología continua avanzando, y los costos se reducen, se espera que para el 2020 un total de 25 millones de genomas personales se hallan secuenciado! [1]. Esto significa que ya no tendremos que limitarnos a comparar un gen o un par de genes que creemos están asociados con una determinada enfermedad entre un grupo reducido de pacientes, ahora podremos comparar el genoma entero de poblaciones completas de individuos y podremos saber si verdaderamente son solo las modificaciones en estos genes particulares las causantes directas de la enfermedad, o por el contrario, si existen a lo largo del genoma cientos o miles de genes que también son importantes para el desarrollo de la dolencia y que antes habíamos pasado por alto.


Pero también podemos comparar nuestro genoma con los genomas de otras especies

Los científicos que nos dedicamos a las ciencias naturales, entre otras cosas, tratamos de comprender los distintos fenómenos, mecanismos y estrategias que han originado la vida en nuestro planeta; también tratamos de entender como las distintas formas de vida que existen a nuestro alrededor se sostienen, se establecen y se perpetúan como formas de vida en si, y también nos esforzamos por averiguar los procesos que a pequeña y gran escala, han permitido que nuestro planeta sea una red dinámica de interacciones entre factores bióticos y abióticos. Sin embargo como podrán imaginar, entender la vida es algo muy complejo, por esto, para tratar de reducir todas las variables que podrían existir, a sistemas más manejables y de cierto modo, más fáciles de entender, usamos algo que llamamos organismos modelo. Es como si para entender como funciona nuestro reproductor de mp3, empezáramos por entender, cómo está constituido el radio de la abuela. Sin duda, es un aparato más sencillo, pero el entramado básico a base de circuitos, cables, tubos y baterías es común para ambos instrumentos. Trayendo este ejemplo a un nivel biológico, podríamos mencionar, que los científicos que tratan de entender como funciona el cerebro humano con sus miles de millones de sinapsis y con sus complicadas redes de neurotrasmisores, tratan de entender primero de qué manera funciona el cerebro de una mosquita, la mosca de la fruta Drosophila melanogaster, cuyo cerebro es miles de veces más sencillo y menos intrincado que nuestro cerebro, pero que está constituido con los mismos ladrillos biológicos, las neuronas, que constituyen el cerebro de ambos organismos.

De igual manera, los científicos que estudian las plantas, usan una hierba casi sin importancia que crece en cualquier jardín y que se corta como maleza, tal vez la hayas oído mencionar, Arabidopsis thaliana. Por la facilidad para trabajar con ella, los científicos la usan para tratar de explicar cuáles son los procesos característicos de las plantas que hacen posible que existan árboles tan grandes como las secuoyas o para tratar de entender de que manera podemos modificar genéticamente otras plantas para que podamos sembrar una mayor variedad de cultivos agronómicamente importantes y de una manera más eficiente en las condiciones actualmente cambiantes de nuestro planeta.

Actualmente y desde hace ya algunos años, el mundo ha vivido gracias al gran despliegue que se le ha dado en diversos medios de comunicación, el boom del genoma humano, pero es interesante saber que la secuencia del genoma de muchos de estos organismos modelo se conocía con anterioridad, en algunos casos hasta con décadas de antelación. Por ejemplo, el genoma del virus que causa el SIDA ya se conocía desde 1985, 16 años antes de que se publicara por primera vez el genoma humano (2). Esto se debe particularmente, a que en la mayoría de los casos, el genoma de los organismos modelo es mucho más sencillo y más pequeño que nuestro genoma lo que hace más fácil su secuenciación. Es así como un año antes de la publicación del genoma humano, en el año 2000, ya se conocía la secuencia del genoma de la mosca Drosophila (3) y de la planta modelo Arabidopsis (4); de la misma manera el genoma de la levadura necesaria para la fabricación de la cerveza Sacharomices cerevisiae ya se conocía desde 1999 (5). Otros genomas completos de organismos modelo han empezado ha aparecer con el tiempo, tal es el caso del genoma del ratón de laboratorio Mus musculus, el cual se publicaría un año después de la divulgación del genoma humano, en el 2002 (6) y el genoma del Chimpancé Pan troglodytes que aparecería en el 2005 (7). Este año salió publicado el genoma de la manzana Malus domestica (8) y para el año 2015, se espera tener la secuencia de otros mil genomas distintos [9]. Pero, ¿te has preguntado que podemos hacer con todas estas secuencias?


Genómica comparativa, comparando moscas con macacos, y plantas con seres humanos

Recuerdo que alguna vez cuando estaba aprendiendo a hacer alguna operación algebraica, mi profesor me dijo: “no señor, esos dos factores no se pueden agregar, es como si a las manzanas, les estuviera sumando papayas, recuerde, manzanas con manzanas y papayas con papayas” y aunque matemáticamente eso era, y aún es totalmente cierto, biológicamente de vez en cuando es ventajoso, tratar de comparar lo que en un principio no parece comparable. El uso de la información genética contenida en el genoma de cualquier organismo, sea éste modelo o no, tiene una importancia intrínseca de por sí. El conocer el genoma de la mosca de la fruta le es útil a todos aquellos científicos que trabajan con ella porque es su herramienta de trabajo y entre mejor se conozca, más eficiente es su estudio; pero hay cosas que solamente se logran saber cuando combinamos dos o varios sistemas, surgiendo éstas como propiedades emergentes. La comparación de genomas enteros de distintas especies, nos permite saber que regiones se han conservado casi invariables durante el transcurso de millones de años y de la misma manera, saber cuales han cambiado. Respectivamente, las regiones conservadas, contienen genes que son comunes a una o varias especies y que por lo tanto deben ser fundamentales para la sobrevivencia de los organismos que los contengan. Entender dichos genes nos acerca a los procesos fundamentales que sostienen la variedad de vida sobre la tierra. Las regiones distintas, representan genes característicos de una determinada especie y el estudiarlos a profundidad, puede darnos luces acerca de los elementos genéticos claves que le permiten a una determinada especie, adaptarse a su forma de vida particular. En últimas, la genómica comparativa trae a colación una nueva perspectiva evolutiva y molecular que nos ayuda a entender como el proceso evolutivo, es un proceso en el cual los genes y los genomas cumplen un papel dinámico.

Trataré de darte algunos ejemplos concisos, que sirvan para ilustrar de una mejor manera como la genómica comparativa, puede ayudarnos a entender de una mejor manera, la biología de los organismos.


Una maleza para explicar nuestro ciclo día-noche

Aunque la planta A. thaliana no es una planta agronómicamente importante, si constituye un sistema sencillo de trabajo para los científicos. Esta planta, es utilizada para entender los principales procesos que se suceden en el reino vegetal, esto de debe a que Arabidopsis, tiene un ciclo de vida corto, y se adapta fácilmente a las condiciones de laboratorio, lo que facilita hacer experimentos, entendiendo que sucede generación tras generación; además su genoma como el de nosotros los humanos, está totalmente secuenciado.

En 1993, un grupo de científicos, estudiando la respuesta a la luz de esta planta, encontraron cuatro genes fundamentales CRY1, CRY2, PER1 y PER2, los cuales posteriormente se popularizarían bajo el nombre de criptocromos (10). Estos genes son importantes reguladores de distintas respuestas fisiológicas de las plantas como la floración o el proceso de degradación del almidón durante las noches, y conectan éstas y otras respuestas con el fotoperiodo, es decir con las horas de luz y las horas de oscuridad que vive la planta. De esta manera por ejemplo, se ha visto como distintos criptocromos, son los que disparan las vías de señalización que le dicen a la planta: hay luz, es hora de fotosintetizar, o por el contrario, está oscuro, degrada el almidón almacenado para que puedas sobrevivir durante la noche (11). En 1998, otros científicos, aislaron éstos mismos genes pero en humanos y sorprendentemente, investigaciones posteriores demostrarían, que son los encargados de regular respuestas tales como la producción de ciertas hormonas, la regulación de la temperatura corporal, la síntesis de enzimas específicas y de neurotrasmisores cerebrales, que nos dicen: salió el sol, es hora de despertar, de comer y de trabajar, o por el contrario, está oscuro, es hora de dormir (12). Aunque parezca sorprendente, este grupo de moléculas homólogas se han mantenido constantes a través de la evolución, siendo claves para procesos similares, la regulación de las funciones vitales asociadas con la percepción de la luz. El principal mensaje, es que solo la comparación de ambos genomas, permitió la caracterización de este proceso particular, que resulta fundamental para la supervivencia de ambas especies.


Los organismos modelo nos hablan de la evolución de ciertas enfermedades como el cáncer

Desde la publicación del genoma humano y a medida que su secuencia se ha ido comparando con la secuencia del genoma de organismos modelos, cada vez se hace más y más evidente que un gran porcentaje de los genes cuyas alteraciones se ven reflejadas en la aparición o desarrollo de una determinada enfermedad, también se hayan representados en el genoma de dichos organismos. Es así como por ejemplo el gen que codifica el trasportador ABC que se encuentra mutado en la fibrosis cística, tiene su respectivo gen equivalente en los genomas de Drosophila y Arabidopsis. De la misma manera, el gen que se encuentra mutado en la distrofia muscular, se conserva hasta en los nemátodos cuyo organismo modelo es Caenorhabditis elegans (4). Cerca del 70% de los genes que se encuentran implicados en la aparición o progreso de algún tipo de cáncer, tienen homólogos en Arabidopsis, el 67% de los mismos se encuentran en el genoma de la mosca de la fruta y hasta en uno de los eucariotas más sencillos que existen, la levadura Saccharomyces cerevisiae, es posible encontrar un alto porcentaje de genes (cerca del 41%) que en humanos se han asociado a procesos cancerosos (13).

Pero no son las mutaciones en genes específicos, las únicas responsables de enfermedades particulares, es más, muy excepcionalmente se logra relacionar una mutación en un gen con el desarrollo de una enfermedad. En general, enfermedades como el cáncer, surgen como efecto del mal funcionamiento conjunto de decenas o cientos de genes que pueden estar implicados en una misma ruta metabólica. Para que se entienda mejor, es como si cada lucecita de la extensión de luces que solemos colocarle al árbol de navidad fuera un gen y la extensión en su totalidad, con cientos de luces interconectadas fuera la vía metabólica que permite que el árbol se ilumine en las noches. Para que al conectarla, notemos que algo no funciona apropiadamente, se necesita no solo que una lucecita no funcione, sino que sean varias, tal vez veinte o treinta, las que presentan el defecto, entonces podríamos decir que todas esas luces dañadas, están alterando nuestra ruta metabólica navideña, impidiendo que el árbol se ilumine. Llevado a un contexto biológico, podemos decir que una de las principales rutas que se alteran en cáncer es la ruta de la proliferación celular, dicha ruta está constituida por cientos de genes que como en nuestro ejemplo del árbol de navidad, son los factores que se interconectan para producir un fenotipo particular, en nuestro caso, que una célula se divida. El cáncer surge como resultado de la falta de control sobre el proceso de división celular y para que esto suceda, muchas de los genes claves, relacionados con el proceso de proliferación, tienen que alterarse de una u otra manera (14).

En todos los eucariotes que se conocen hasta hoy, incluidos las moscas, las plantas y los vertebrados, existe un conjunto de moléculas que son las encargadas de controlar el proceso de división celular, este grupo de moléculas se denominan ciclinas y kinasas dependientes de ciclinas y son las lucecitas que se interconectan para formar la vía metabólica de la proliferación celular. Se ha visto, que en la mayoría de los canceres, varios de estos genes claves tienen que estar alterados para que la célula pierda el control sobre su proceso de división (15). Surge de esta manera algo muy interesante, si bien es cierto que estas ciclinas y kinasas dependientes de ciclinas se encuentran totalmente distribuidas por los reinos naturales encontrándose desde las plantas hasta los mamíferos, y si sabemos que éstas pueden ser mutadas o alteradas tanto en plantas como en mamíferos, ¿porque éstas alteraciones repercuten directamente en la generación de cáncer en los mamíferos y no en las plantas?, en otras palabras, ¿por qué a las plantas no les da cáncer?


Conclusión

Para concluir, trataré de darle una respuesta parcial al interrogante anterior, pues no es una pregunta para nada fácil de contestar. Retomemos nuestro ejemplo de las luces del árbol de navidad. Como lo mencionaba anteriormente, cada una de las luces de nuestra serie de navidad, es o una ciclina o una kinasa dependiente de ciclina o uno de los muchos genes que son reguladas por estas; estos genes son altamente conservados entre las distintas especies, pero lo que varía es la manera en que están interconectados. Es posible que una luz roja en nuestra serie, esté seguida de una luz verde y precedida de una luz azul, pero en la serie de navidad de nuestro vecino, esa misma luz roja, esta seguida en cambio por una luz amarilla y precedida de una naranja. Biológicamente, esto quiere decir, que por ejemplo en humanos existe una determinada ciclina que regula la expresión de los genes A y B, mientras que en plantas, esta misma ciclina, regula los genes C y D y en vez de controlar la expresión del gen B, como sucede en humanos, es el gen B quien controla su expresión. Esto quiere decir que no son solamente los elementos de una red, los que regulan su comportamiento, adicionalmente resulta fundamental para una determinada respuesta de dicha red, la manera en que sus componentes están entrelazados, algo que los científicos llamamos el “wiring” o cableado de dicha red (16).

Es muy posible que a pesar de que los genes fundamentales que regulan el proceso de división celular sean básicamente los mismos en todos los organismos, sean sus interacciones, sus regulaciones específicas y los momentos en que son expresados los que cambian, produciendo una respuesta fenotípica totalmente diferente en organismos distintos. Esto significa que las plantas han logrado modificar su red de interacciones que controla el proceso de división celular, de tal manera que la perdida en el control de la proliferación, no represente un mayor problema, sin embargo el cableado de la misma red en los mamíferos es distinto y esto hace que el costo de perder el control sobre el proceso de división celular, sea el cáncer.

Cuando en el 2005, salió publicado el genoma del chimpancé, quedó claro que compartimos cerca del 98% de los genes que codifican para proteínas con nuestros primos más peludos, sin embargo, un mono es un mono y un ser humano es un ser humano. Pese a ese 98% de similitud en las unidades fundamentales de nuestro genoma, somos lo bastante diferentes sobre todo a un nivel cognitivo. La respuesta a esa diferencia, yace en la forma como esos genes comunes entre los simios y los humanos están interconectados, cómo, cuándo y bajo qué circunstancias se expresan, cómo son regulados, a qué estímulos responden, como interaccionan entre si y de qué manera se estimulan o se reprimen unos con otros. El mismo Craig Venter, expresó que luego de 10 años de la divulgación del genoma humano, su impacto en la medicina, no ha sido el esperado, esto se debe a que con la secuenciación de cualquier genoma, solo conocemos la estructura de las unidades fundamentales, los genes, el cómo son regulados, cuando y cómo se expresan y con qué otras moléculas interaccionan para formar redes moleculares, es aún desconocido y queda mucha tela para cortar para tratar de dar una explicación sistémica multidimensional y dinámica al genoma y a la vida misma. Es como si conociéramos las piezas del lego, pero sin tener muy claro, el cómo ensamblarlas para construir un destructor estelar de guerra de las galaxias. Pero actualmente, ese es el reto, eso es lo interesante y lo profundamente apasionante de la biología, tratar de entender y dar explicación a fenómenos altamente complejos pero espectaculares como la vida misma, ¿te animas a ayudarnos?


Referencias

[1] http://blog.genomequest.com/2010/07/implications-of-exponential-growth-of-global-whole-genome-sequencing-capacity/

[2] Ratner, L., W. Haseltine, et al. 1985. Complete Nucleotide-Sequence of the Aids Virus, Htlv-Iii. Nature. 313: 277-284.

[3] Adams, M, et al. 2000. The Genome Sequence of Drosophila melanogaster. Science. 287: 2185-95.

[4] The Arabidopsis genome initiative. 2000. Analysis of the genome sequence of the flowering plant Arabidopsis thaliana. Nature. 408: 796-815.

[5] Winzeler, E, et al. 1999. Functional Characterization of the S. cerevisiae Genome by Gene Deletion and Parallel Analysis. Science. 285: 901-906.

[6] Waterson, R, et al. 2002. Initial sequencing and comparative analysis of the mouse genome. Nature. 420: 520-562.

[7] The Chimpanzee Sequencing and Analysis Consortium. 2005. Initial sequence of the chimpanzee genome and comparison with the human genome. Nature. 437: 69-87.

[8] Velasco, R, et al. 2010. The genome of the domesticated apple (Malus × domestica Borkh.). Nature Genetics. 42: 811-914.

[9] http://www.genomesonline.org/index.htm

[10] Ahmad, M & Cashmore, A. 1993. HY4 gene of A. thaliana encodes a protein with characteristics of a blue-light photoreceptor. Nature. 366: 162-166.

[11] Li, Q & Yang, Q. 2007. Cryptochrome Signaling in Plants. Photochem. Photobiol. 83: 94-101.

[12] Thresher, R, et al. 1998. Role of Mouse Cryptochrome Blue-Light Photoreceptor in Circadian Photoresponses. Science. 282: 1490-1494.

[13] Jones, A, et al. 2008. The impact of Arabidopsis on Human health: Diversifying our portfolio. Cell. 133: 939-943.

[14] Stevaux, O & Dyson, N. 2002. A revised picture of the E2F transcriptional network and RB function. Current opinion in cell biology. 14: 684-691.

[15]Jonathon Pines. 1995. Cyclins, CDKs and cancer. Seminars in cancer biology. 6: 63-72.

[16] Barabási, A & Oltvai, Z. 2004. Network biology: understanding the cell's functional organization. Nature Reviews Genetics. 5: 101-113.

Por Lorena López

¿Que tal si hoy tuvieras la oportunidad de saber si probablemente en unos años, desarrollarás ciertas enfermedades, y que tal si ahora sabiéndolo, pudieras ser tratado médicamente de una manera adecuada para reducir, bien sea, el riesgo de tenerla o las consecuencias de sufrirla?. Y ¿que tal si se pudiera diagnosticar la probabilidad de que dichas enfermedades pasarán a tus hijos?, ¿accederías a dicho tipo de tecnología?. En este articulo exploraremos los avances tecnológicos que han permitido ver un futuro más prometedor en el diagnostico y manejo de enfermedades explorando el genoma de un individuo o de un grupo de personas que comparte la misma enfermedad, y como dicho conocimiento, puede influenciar decisiones de vida como lo son el acceso a un seguro medico, a una carrera e incluso la posibilidad de tener una familia.

En junio de 2000, el Proyecto Genoma Humano y la compañía Celera Genomics anunciaron la culminación del borrador de la secuencia del genoma del hombre, Bill Clinton anotó que “este importantísimo logro podría llevarnos a una nueva era de medicina molecular, una era que nos dará nuevas formas de prevenir, diagnosticar, tratar y curar enfermedades” [1]. Una de las grandes esperanzas de la era genómica (es el estudio de todo el genoma, mientras que genética se refiere a estudios de genes o fragmentos particulares de ADN) era asociar genes específicos con enfermedades comunes, y de esta manera con la información genómica del paciente desarrollar lo que se conoce como medicina personalizada, en la que los científicos podrían alertar con precisión a los pacientes de que están en riesgo de desarrollar ciertas enfermedades, predecir con certeza el curso de una enfermedad, asegurar el uso de tratamientos efectivos, y desarrollar nuevos tratamientos a nivel molecular. De igual manera, el entendimiento de como funcionan los genes, podría ser útil para el diseño de drogas efectivas para controlar su expresión y así prevenir enfermedades que son causadas por su mal funcionamiento [1].

Después de 10 años de la secuenciación del genoma humano el panorama que muestra la era genómica resultó ser más complejo de lo que se esperaba, la decodificación del genoma no era la respuesta al sueño de hacer medicina personalizada era el inicio de ésta. Todavía nos hace falta descifrar y entender las funciones especificas de los más de 20.000 genes que codifica el genoma humano [2], mas sus interacciones y las regulaciones por otros genes, entre otras variables. Pero, ¿qué técnicas está usando el mundo para identificar el origen genético de una enfermedad? ¿Es que la probabilidad de desarrollar una enfermedad depende de mutaciones en un solo gen, en un grupo de genes o depende de eventos aleatorios como translocaciones o deleciones en el genoma?.


Un gen mutado para cada enfermedad

Los genetistas aceptaron que el poder identificar la relación de mutaciones puntuales específicas en un gen, los SNPs (SNP, Single Nucleotide Polymorphism, significa el cambio de uno de los nucleótidos del gen) con el desarrollo de una enfermedad era solo un paso para entender la naturaleza ciertas condiciones de salud, sobre todo en las que una única mutación es la responsable, en gran parte, de desarrollar dicha condición. Este es el caso de la anemia falciforme o drepanocítica, una enfermedad de la sangre que aparte de causar anemia (baja producción de glóbulos rojos) se caracteriza por que los portadores experimentan intensos episodios de dolor que pueden durar horas o días. Este síndrome es causado por el cambio de dos nucleótidos en el aminoácido 6 del gen de la hemoglobina (Hb A) que genera el cambio de acido glutámico a valina (esta variante del gen se conoce como Hb S) [3].


Varios genes mutados para cierta enfermedad

Las asociaciones únicas de un gen–una enfermedad no son las más comunes dentro de las enfermedades, genéticamente hay riesgo de desarrollar una enfermedad si se es portador de múltiples variaciones en determinados genes, estas variaciones cuentan en diferentes porcentajes en el desarrollo de la enfermedad. Para este tipo de casos se crearon los estudios de asociaciones genómicas (GWAS, Genome Wide Association Studies) los cuales han permitido descubrir un número de variaciones comunes en el ADN (entre individuos con la enfermedad vs. individuos sanos) que juegan un rol en el riesgo de desarrollar enfermedades comunes como diabetes, cáncer y autoinmunidad [4]. Tal es el caso de dos diferentes GWAS que reportaron tres nuevos genes asociados con la susceptibilidad a tener el cáncer más común en los hombres, el cáncer testicular (TGCT, testicular germ cell tumors), dos de estos genes ya se habían encontrado cumpliendo una función en el desarrollo de los testículos (KITLG, ligando para la kinasa receptora de tirosina, y SPRY4, sprouty 4), y uno nuevo que funciona en apoptosis o muerte celular (BAK1, beta linfoma celular 2 antagonista/matador 1)[5][6].


Deleciones y translocaciones para otras enfermedades

Algunos investigadores han empezado a usar variaciones en número de copias (CNVs copy-number variations), las cuales se identifican por ser pedazos de ADN de decenas o cientos de pares de bases de largo que son removidos o duplicados en el genoma de ciertos individuos. Estas variaciones podrían dar explicación a desordenes mentales como el autismo, la esquizofrenia o el retraso mental que son enfermedades de baja herencia, y para las cuales los GWAS no han generado resultados satisfactorios. Estudios recientes en cientos de personas normales y con esquizofrenia permitieron encontrar asociaciones fuertes entre la enfermedad y muchos CNV [7], lo que indica que en estas enfermedades el diagnóstico es mucho más complejo ya que se componen de variaciones raras, múltiples y de diversa penetrancia (una mutación es responsable solo de cierto porcentaje del riesgo de desarrollar la enfermedad). Como otro ejemplo esta la fibrosis cística o mucovisidosis, una enfermedad hereditaria que se ha asociado a la deleción del aminoácido fenilalanina 508 de la proteína que codifica el gen CFTR (regulador de la conductancia transmembranal de la fibrosis cística). Esta mutación se ha observado en el 66-70% de los pacientes con esta enfermedad [8], sin embargo cabe notar que hay más de 1500 mutaciones asociadas en pequeños porcentajes a la enfermedad [9].


Genomas completos para enriquecer las asociaciones gen-enfermedad

Grandes proyectos de secuenciación como El Proyecto 1000 Genomas (1000 Genome Project), en el cual se secuenciará el genoma de 1000 individuos de diferentes lugares del mundo, busca ser una mapa comprensivo de la variabilidad genética humana [10]. Esta variabilidad será importante para incrementar las asociaciones gen-enfermedad, ya que la variabilidad genética humana se podrá filtrar de aquellas variaciones que pueden ser responsables del desarrollo de una enfermedad. Este proyecto acaba de liberar un mapa de variabilidad usando la secuencia de los primeros 180 individuos [11], para 2012 se espera llegar a 1000 y posiblemente el proyecto se extenderá para finalizar con 2500 individuos secuenciados.


¿Cuál ha sido el impacto de la secuenciación del genoma humano en la salud?

El boom de la secuenciación y la nueva era genómica han permitido explorar con un éxito moderado el genoma y su asociación a enfermedades. De acuerdo con los pioneros del Proyecto Genoma Humano, Craig Venter y Francis Collins, la salud humana no se ha beneficiado realmente de este proyecto [4] [12]. Lo que los científicos esperaban era encontrar con precisión las diferencias a nivel genómico entre individuos sanos y enfermos y con esto iniciar labores de diagnosis (pruebas génicas), de desarrollo de medicinas especificas para controlar enfermedades y en general de llevar la medicina a otro nivel, en el que el tratamiento de enfermedades fuera más eficiente al ser especifico para cada paciente. Sin embargo la complejidad del sistema humano va mas allá de leer una secuencia de nucleótidos que forman el ADN. El nuevo reto es asociar la gran cantidad de datos genómicos generada con la información fenotípica de las características observables del individuo, esto, sumado a otros factores como su historia clínica, precedentes de enfermedades en la familia, estilo de vida, y demás variables.


Algunos adelantos

Pruebas génicas

Las asociaciones gen-enfermedad han permitido el desarrollo de pruebas génicas (gene testing), con los cuales con una muestra de tejido, saliva o sangre, se extrae el ADN para diagnosticar el riesgo de padecer una enfermedad. De acuerdo al Programa Genomas del Departamento de Energía de los Estados Unidos, hay test génicos disponibles para más de 1000 enfermedades [13] los cuales son realizados por laboratorios especializados [14] bajo requerimiento de un especialista. Que un individuo se someta a este tipo de pruebas con el fin de saber si ha heredado alguna enfermedad o si esta en riesgo de desarrollarla tiene muchas implicaciones. Normalmente estos test son sugeridos luego de una ardua evaluación por parte del doctor bajo la cual los antecedentes médicos, la patología de los padres y otros factores son evaluados para determinar si el paciente necesita este tipo de prueba. Algunos de estos test son usados para clarificar un diagnostico y guiar al especialista hacia tratamientos apropiados, otros ayudan a tomar decisiones sobre tener o no hijos que podrían desarrollar enfermedades significativas y en otros casos se trata de identificar personas con alto riesgo de condiciones que pueden ser prevenidas a tiempo. Como ejemplo está la poliposis adenomatosa la cual se caracteriza por la aparición en gran cantidad de pólipos (tumores de origen mucoso) en el colon y recto. Cuando se conoce que el paciente puede desarrollar la enfermedad solo se requiere de un control estricto de dichos tumores, los cuales se pueden remover a tiempo y permiten que la persona lleve una vida normal, cambiando así una enfermedad fatal por una tratable [13].

Sin embargo en Estados Unidos se han creado compañías que proveen estos tipos de test directamente a los consumidores, aclamando que pueden indicarle al individuo si es propenso a enfermedades cardiacas, osteoporosis, asma, fatiga crónica, algunos canceres e incluso alcoholismo, además dicen que los test génicos sirven como herramientas para hacer una medicina, dieta y estilo de vida personalizado de acuerdo al mapa genético individual. Pero, ¿será que una persona realmente quiere acceder a este tipo de información sin un consejo médico?. El mercado de pruebas génicas no está regulado por las leyes Estadounidenses, y lo que es más importante los clientes de estas pruebas no tienen consejo de un especialista para que les ayude a interpretar los datos y tomar las mejores decisiones para su bienestar personal. Un informe completo sobre las dudas que generan estas pruebas genéticas comerciales se puede encontrar en http://www.quackwatch.org/01QuackeryRelatedTopics/Tests/genomics.html. Cabe mencionar también, que estos test han sido usados en casos controversiales como la asignación de seguros médicos e incluso la obtención de un empleo. ¿Qué pasaría si tu futuro jefe quiere saber por adelantado si eres propenso a una enfermedad crónica que acortara tus expectativas productivas y prefiere contratar a un empleado sano más que a ti? O ¿si el pago de tu seguro de vida incrementa de acuerdo a la probabilidad de desarrollar una enfermedad que generará gastos excesivos a la compañía aseguradora?. Casos como estos han generado una fuerte legislación en Estados Unidos en contra de dichas prácticas y de la impropia publicación de los resultados de dichas pruebas.

Medicamentos más específicos

Uno de los más profundos efectos de la revolución genómica a largo plazo será el desarrollo de terapias especializadas basadas en el entendimiento molecular de la génesis y el desarrollo de las enfermedades. El proyecto del Atlas Genómico del Cáncer [15], busca encontrar las mutaciones recurrentes en células de 20 tipos comunes de cáncer. Se ha encontrado que un determinado cáncer en un paciente está asociado con 50 mutaciones genéticas, pero estas difieren entre individuos [16]. Estas mutaciones pueden ser blanco para drogas que interfieran en las redes comunes que comparten diferentes tipos de cáncer y serán útiles para descifrar oportunidades de desarrollo terapéutico.

¿Será la era genómica la que nos ofrecerá un futuro más sano?

El éxito de la medicina personalizada dependerá de una continua identificación apropiada de factores de riesgo genéticos y del ambiente, mas la habilidad para utilizar esta información en el mundo real e influenciar las practicas medicas en pro de un mejor bienestar para el hombre. El desarrollo de nuevos medicamentos y terapias para prevenir o controlar enfermedades será el mayor logro del boom genómico. Sin embargo, no hay que dejar de lado la generación de políticas que permitan un uso adecuado de la información, incluyendo la protección de la privacidad individual, la educación de tanto proveedores de servicios médicos como de los pacientes acerca de la medicina genómica, y un apropiado sistema preventivo de salud.

Lo que nos han enseñado 10 años de rápida expansión y desarrollo en el conocimiento del genoma humano es que los organismos no son simplemente la expresión del genoma, están construidos en redes de interacciones entre ambiente y genes, somos sistemas muy complejos y aun nos queda mucho por descubrir. Se puede decir que “Entre mas sabemos más nos damos cuenta de lo que nos hace falta por entender” y así como dijo Francis Collins [4] “estoy decidido a apostar que lo mejor esta aun por llegar”.


Referencias

[1] http://www.ornl.gov/sci/techresources/Human_Genome/project/clinton1.shtml

[2] http://www.ornl.gov/sci/techresources/Human_Genome/project/info.shtml

[3]http://www.ornl.gov/sci/techresources/Human_Genome/posters/chromosome/hbb.shtml

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[10]http://www.1000genomes.org/page.php?page=about

[11]The 1000 Genomes Project Consortium. 2010. A map of human genome variation from population-scale sequencing. Nature 467: 1061–1073.

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[14]http://www.ncbi.nlm.nih.gov/sites/GeneTests/?db=GeneTests

[15]http://cancergenome.nih.gov/

[16]Hayden, EC. 2010. Life is complicated. Nature 464:664-667.

Por Adriana Almeida

El consumo de alcohol en nuestra sociedad es en gran medida justificado por sus consumidores como una manera de relajarse luego de una día laboral intenso o como una forma de facilitar la socialización con otras personas. Aunque aún no se ha comprobado totalmente, algunas investigaciones han concluido que un consumo bajo de alcohol, como un vaso pequeño de vino tinto en el día (125 ml), puede ser benéfico para reducir el riesgo de problemas cardiovasculares [1]. Sin embargo, cuando una persona no puede controlarse en su consumo de alcohol diario, o bien no puede sentirse cómodo y relajado sin beber alcohol, ha cruzado la línea de un consumo ‘social’ a una adicción.

Una de las preguntas que los científicos han buscado responder en las últimas décadas, es si existe o no una predisposición genética a la adicción a sustancias como el alcohol y a sustancias alucinógenas. La liberación al público y la finalización de la secuenciación del genoma humano entre el 2000 y el 2003, han permitido identificar un gran número de marcadores moleculares y genes candidatos que potencialmente pueden generar mayor susceptibilidad en los seres humanos a dependencia de sustancias como el alcohol [2]. En este artículo busco mostrar los avances logrados en la investigación científica que relacionan la predisposición genética de ciertas personas con su necesidad y deseo de consumir alcohol de manera incontrolada.

Qué es el alcohol?

Los alcoholes son un grupo de compuestos químicos que usamos comunmente en productos como los desodorantes, cosméticos, jabones y por supuesto en la bebidas desarrolladas a partir de la fermentación de azúcares, como son la cerveza, el vino y los licores destilados.

El alcohol presente en las bebidas fermentadas es clasificado por el Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos como una droga depresora, la cual al ser consumida, reduce la ansiedad y produce estados de relajación [3].

Qué es el alcoholismo?

La dependencia al alcohol, conocida como ‘alcoholismo’ es una enfermedad que afecta al individuo en su salud y en sus interacciones con la sociedad. El efecto del alcohol en el organismo depende del género, la edad, la estatura, el peso, entre otros [4]. El Instituto Nacional para el abuso del alcohol y el alcoholismo de los Estados Unidos ha identificado cuatro síntomas principales, normalmente presentes en los alcohólicos: ansiedad, pérdida de auto-control, dependencia física y un incremento en la tolerancia al alcohol [5]. Los efectos en la salud asociados con el consumo desmedido de alcohol incluyen entre otros: cirrosis del hígado, pancreatitis, polineuropatía, demencia, enfermedades cardíacas, mayor probabilidad de generar cáncer, deficiencias nutricionales, disfunsión sexual, y en algunos casos la muerte [6].

Bases genéticas de la susceptibilidad al alcoholismo

Estudios antropológicos han demostrado que las diferencias en las prácticas culturales ancestrales entre poblaciones humanas modificaron las condiciones ambientales en las que estas comunidades se desarrollaron; en este contexto la cultura puede ser vista como una fuente de comportamiento adaptativo, en el que los individuos de una población, al modificar su propio entorno, participan en la variación del ambiente en el que se desarrollan, generando nuevas y específicas presiones de selección natural. Estos cambios en el entorno promovidos por aspectos culturales se han visto asociados con un incremento diferencial en las presiones de selección, lo cual ha causado la variación de ciertas frecuencias alélicas (alelos son todas aquellas formas que puede tener un gen en un cromosoma dependiendo de diferencias en su secuencia). Se ha estimado que un 10% de los genes entre poblaciones humanas del mundo son diferentes debido a distintas preciones de selección [7]. Un ejemplo claro del efecto que han tenido las practicas culturales en modificar el ambiente y el genoma humano se ha observado en las diferencias entre poblaciones humanas frente a su capacidad de metabolizar el alcohol [8].

El alcoholismo es una enfermedad compleja que es influenciada principalmente por el ambiente social en el que el individuo vive, incluyendo la cultura en la que nace, el contexto familiar en el que se desarrolla, los ambientes a los que esta expuesto durante su juventud, el estilo de vida, entre otros [1]. Sin embargo, se sabe que hijos de familias con antecedentes de alcoholismo presentan un alto riesgo de convertirse en alcohólicos. Esto se debe a que existe un componente genético de predisposición al alcohol que es hereditario. En los últimos años se han encontrado un número significativo de genes en nuestro genoma que interactúan entre sí y con el ambiente [7], incrementando o reduciendo la susceptibilidad de cada individuo al alcohol.

En las últimas dos décadas se han realizado numerosos estudios sobre los factores genéticos que influencian la dependencia al alcohol [5]; [9]; [10]; [11]; [12]. En estas investigaciones se ha buscado asociar características de susceptibilidad o dependencia al alcohol con regiones del genoma humano para la identificación de posibles genes candidatos involucrados en esta enfermedad. Estos estudios han incluído datos de diversas fuentes, como valoraciones polidiagnósticas relacionadas con la adicción al alcohol y a sustancias ilegales, historial familiar relacionado con alcoholismo, datos electrofisiológicos (los cuales miden las ondas eléctricas emitidas por el cerebro, las cuales pueden ser cuantificadas y se ha encontrado que tienen una alta heredabilidad) y datos genéticos (uso de marcadores moleculares como microsatélites (SSRs, acrónimo en inglés) y polimorfismos de nucleótidos simples (SNPs, acrónimo en inglés) analizados a través de todo el genoma humano) [9].

Se han encontrado varias regiones del genoma asociadas a dependencia por el consumo de alcohol, de las cuales las más significativas se encuentran localizadas en los cromosomas 4, 7 y 11 del genoma humano [5].

Algunas familias de genes asociadas con dependencia al alcohol

Familia génica GABAA
En el cromosoma 4 se han encontrado varios genes receptores que codifican neurotrasmisores como el -ácido isobutírico. Estos genes pertenecen a la familia génica GABAA y han sido asociados con alcoholismo [13]. El -ácido isobutírico es uno de los inhibidores de sinapsis más abundantes en el cerebro de los vertebrados [14]. Estudios realizados en ratas han mostrado que GABAA agonistas (sustancias que al unirse a un receptor celular generan una respuesta fisiológica en la célula) incrementan la toma de alcohol y GABAA antagonistas (sustancias que al unirse a un receptor celular bloquean una respuesta fisiológica en la célula) reducen la toma de alcohol en estos animales [15]. Los efectos de la regulación diferencial en la expresión del gen GABRA2 (uno de los cuatro genes GABAA localizados en el cromosoma 4) han sido asociadas con dependencia a sustancias como el alcohol [13]; [16]; [5]; [15]. Sin embargo, los efectos de este gen dependen de la etapa de desarrollo del individuo. Durante la infancia, variaciones en la expresión de este gen han sido asociados con síntomas de desorden de conducta, mientras que su efecto en la susceptibilidad al alcoholismo y adicción a drogas alucinógenas se han observado a partir de la adolescencia y en la adultez [5].

Genes alcohol deshidrogenasa (ADH) y aldehído deshidrogenasa (ALDH)
Se ha encontrado que variaciones (mutaciones) en los genes ADH1 y ALDH2 pueden cumplir una función preventiva frente al alcoholismo, pues reducen la actividad enzimática relacionada con el metabolismo del alcohol. Estas mutaciones génicas han sido conservadas en poblaciones asiáticas, en las que individuos con baja actividad de estas enzimas experimentan enrojecimiento en la cara, náuseas y taquicardia al consumir alcohol, aunque sea en bajas dosis [8].

Sin embargo, no todos los genes de estas familias génicas cumplen la misma función preventiva frente al alcohol. Mutaciones del gen ADH4 se han asociado a susceptibilidad al alcoholismo y a la adicción por substancias alucinógenas en diferentes poblaciones humanas de origen Europeo-brasilero y Africano-brasilero [17].

Receptor M2
Una región del cromosoma 7 se ha asociado con el alcoholismo y con desordenes afectivos, como la depresión. La proteína codificada por este loci (región del cromosoma en la que se encuentra el gen) se conoce como receptor de muscarini acetilcolina subtipo 2 (mAChRm1) y diferencias alélicas de este gen han sido asociadas igualmente con coeficiente intelectual y además con casos de depresión en mujeres [18].

Otros genes
Otros genes localizados en el cromosoma 11 han sido asociados con dependencia al alcohol, como son PHLDA2 (similar a dominio homologo a pleckstrina), NAPIL4 (similar a proteína ensambladora de nucleosoma), CARS (Cisteína-tARN sintetasa), OSBPL5 (similar a proteína que liga oxisterol). Sin embargo, estos resultados requieren ser confirmados [12].

A manera de conclusión

La Organización Mundial de la Salud ha asociado el alcoholismo con más de 60 diferentes enfermedades humanas, incluyendo cáncer esofágico, cáncer de hígado, cirrosis de hígado, epilepsia, entre otras. Igualmente, se ha estimado que el 65% de los casos de suicidio están relacionados con el consumo desmedido de alcohol, asi como asesinatos y accidentes automovilísticos [19].

El alcoholismo es una enfermedad compleja en la que numerosos genes han sido favorecidos durante la evolución humana, como respuesta a las presiones de selección debidas a prácticas culturales específicas. Actualmente se han identificado varias familias de genes que han sido asociadas al alcoholismo, en las que la presencia de ciertos alelos en un individuo pueden generar mayor o menor predisposición a la dependencia por el alcohol. Sin embargo, el que existan factores genéticos que predispongan a un individuo a ser susceptible a la dependencia al alcohol, no significa que esa persona se convertirá en un alcohólico; pues el ambiente familiar y social en la que el individuo se desarrolla también juegan un papel determinante en el desarrollo de este tipo de adicción.

La identificación de alelos de los genes implicados en la susceptibilidad a la adicción por el alcohol presentes en un individuo, así mismo como su historial clínico familiar y las condiciones socio-familiares en las que se desarrolla, pueden ser muy útiles para la identificación del grado de predisposición al alcoholismo y para el desarrollo de medicina preventiva. A su vez, el conocimiento de los genes asociados al alcoholismo y las rutas metabólicas de las cuales hacen parte dichos genes, puede contribuir positivamente en el desarrollo de futuros tratamientos terapeúticos basados en la terapia génica, en la cual medicamentos específicos pueden ser utilizados para activar o bloquear la expresión de ciertos genes, con el fin de reducir la ansiedad y el deseo por tomar; o para reducir la capacidad de metabolizar el alcohol con el fin de reducir el consumo.


Referencias

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[7]Laland KN, Odling-Smee J, and Myles S (2010)" How culture shaped the human genome: bringing genetics and the human sciences together." Nature Reviews, Genetics (11) 137-148.

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[14]http://www.wormbook.org/chapters/www_gaba/gaba.html

[15]Fehr C, Sander T, Tadic A, Lenzer KP, Anghelescu I, Klawe C, Dahmen N, Schmidt LG, and Szegedi A (2006)" Confirmation of association of the GABRA2 gene with alcohol dependence by subtype-specific analysis." Psychiatr Genet (16) 9-17.

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[18]Comings DE, Wu S, Rostamkhani M, McGue M, Lacono WG, Cheng LS, MacMurray JP (2003)" Role of the cholinergic muscarinic 2 receptor (CHRM2) gene in cognition." Mol Psychiatry (8) 10-11.

[19]http://www.isdd.co.uk/about/

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Por Leonardo Galindo

Hace aproximadamente 3500 millones de años los primeros organismos aparecieron en la tierra [1]; pero pudieron acaso existir otras formas de vida mas ancestrales a estos primeros registros científicos? Actualmente se especula que las primeras formas de vida pudieron derivarse en gran parte del los virus [2]. Sin embargo, los virus no son completamente aceptados como formas de vida, y necesitan de la maquinaria celular para poder replicarse [3].

Sabiendo que la antigüedad de las entidades víricas se remonta a los orígenes de la vida, es difícil argumentar en contra del éxito que han tenido para mantenerse en nuestro planeta. Los virus son capaces de invadir desde bacterias hasta organismos superiores como plantas y animales, en muchos casos, causando enfermedades e incluso la muerte al organismo hospedero.

El VIH

Hay un virus en particular que ha sido causa de preocupación en la especie humana por más de tres décadas: el virus causante del SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida), también conocido como VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana). El VIH es un virus que ataca precisamente algunas de las células que se encargan de defender a nuestro cuerpo de las enfermedades, también conocidas como células del sistema inmune [4], por lo que el cuerpo termina volviéndose susceptible a diversas enfermedades que de otra manera serían controladas por el organismo.

Aunque posiblemente las primeras muertes debidas al VIH debieron ocurrir en los años 70’s, en 1981 el CDC (Center for Disease Control – por su sigla en ingles) publicó un reporte de 5 jóvenes con neumonía y otras infecciones oportunistas cuyo cuadro clínico mostraba una supresión del sistema inmune [5]. Solo un año después dichos cuadros clínicos se asociarían al SIDA, y solo hasta el año 1983 dos publicaciones proclamarían haber aislado el virus [6] [7]. Estas publicaciones fueron acordadas por grupos liderados por Robert Gallo (Estados Unidos) y Luc Montagnier (Francia), luego de una disputa acerca de quien había sido el descubridor del virus. Aunque una investigación por científicos independientes de los dos laboratorios demostró que el aislamiento usado por Gallo venia del laboratorio de sus colaboradores franceses [8], los laboratorios resolvieron sus diferencias y actualmente son colaboradores (la película: And the Band Played On, muestra los eventos que llevaron al descubrimiento del VIH y la polémica entre estos laboratorios).

En 1985 la primera secuencia del genoma del virus causante del SIDA fue publicada en Nature [9]. Este estudio marcó el camino para empezar a entender como los genes del virus formaban la estructura y las proteínas necesarias para la infección viral. El genoma del VIH codifica no más de 10 genes [10] creando alrededor de 20 proteínas con las cuales se genera la estructura y se permite la infección del virus. Es difícil pensar como algo que parece tan pequeño puede acabar con un ser humano, quien tiene un genoma que codifican entre 20000 y 30000 genes, y con un sistema inmune complejo compuesto de diversos tipos celulares.

De acuerdo al AIDS epidemic update [11] en el año 2008 habían mas de 33 millones de personas en el mundo infectadas con el virus y mas de 2 millones de muertes estuvieron relacionadas con la infección viral. Más de 25 millones de personas han muerto desde que las primeras investigaciones epidemiológicas fueron realizadas en 1981, y aunque los nuevos tratamientos han permitido un control parcial y el aumento de la esperanza de vida en personas infectadas, el VIH continua siendo un problema central en la salud publica mundial.

Origen y evolución del VIH

Una de las principales características de los virus que les ha permitido permanecer por tanto tiempo en la tierra es su “habilidad” de mutar su secuencia (de ADN o ARN) a una tasa mucho mayor que otros organismos. Esto permite al virus cambiar las secuencias de sus genes, lo cual a su vez cambia un poco las proteínas que forman parte de su estructura, haciendo difícil que los mecanismos de defensa del organismo atacado puedan identificar y neutralizar a los agentes infecciosos. Una de las formas en que las células de defensa del cuerpo detectan y erradican una infección es mediante el marcaje de dichos agentes foráneos con anticuerpos, los cuales son una especie de llaves que encajan perfectamente en cerraduras (receptores) de la superficie viral. Una vez se ha marcado al agente foráneo (el virus por ejemplo) otras células pueden identificarlo para su destrucción. Sin embargo, las proteínas virales que controlan la replicación del material genético para generar nuevas partículas virales permiten una alta introducción de cambios, lo que favorece la modificación de las cerraduras de la superficie viral haciendo complicado generar todas las llaves (anticuerpos) para marcar y destruir a los virus. Los virus en vez de comportarse como los miembros de una especie, en donde todos los individuos son bastante parecidos a simple vista, se comportan entonces como una cuasi especie [12], donde cada partícula vírica varia un poco de las otras, haciendo muy difícil su marcaje y eliminación. Sin embargo existe un límite en los cambios que pueden ser introducidos en las proteínas virales luego del cual las proteínas perderían su identidad y se volverían no funcionales; este factor podría entonces también ser aprovechado por los científicos para diseñar nuevas estrategias de combate contra el virus.

La tasa de mutación del VIH puede ser superior a un millón de veces la del ADN de un organismo eucariota (donde las células tienen núcleos); la tasa de cambio es tan rápida que luego de poco tiempo de una infección en un individuo con un tipo de VIH es posible observar distintas líneas virales con diferencias marcadas en su genoma [13].

No solamente las tasas de mutación son testimonio de la plasticidad de estos virus. El origen del VIH es una prueba adicional de cómo ciertos cambios pueden desembocar en virus que trascienden las barreras de especie. El VIH parece haberse originado en primates que poseían reservorios de virus análogos cuya patogenicidad es menor [14] y donde en general la represión inmune esta ausente o no es significativa. Estos virus, conocidos como VIS (Virus de Inmunodeficiencia Simianos) pudieron sufrir alteraciones dando origen a las líneas de VIH que serían transmitidos luego a los humanos que cazaban o tenían a dichos simios como mascotas.

Estos factores demuestran como los cambios a nivel genético tienen una gran incidencia en la prevalencia de los virus, y específicamente del VIH, en la población humana.

Las ventajas de conocer la secuencia de un genoma completo

Aunque conocer toda la secuencia del genoma del VIH no garantiza una cura inmediata, si es un paso para entender como funciona el virus y que proteínas produce. Adicionalmente, debido a que las altas tasas de mutación permiten modificaciones en la estructura del virus, el poder encontrar regiones con poco cambio o comunes en dicha estructura puede ser clave para atacar todos los miembros de la cuasi-especie vírica. Dichas regiones se encuentran precisamente gracias a que previamente se han analizado las secuencias víricas (genomas) presentes en múltiples individuos hospederos, y se comparan para saber que caracteres o que secciones de caracteres no varían. Este tipo de análisis no solo permite encontrar las regiones constantes para utilizar en la fabricación de drogas y terapias, sino que permite desarrollar una evaluación completa de la evolución del virus, incluyendo las tasas temporales de mutación. Estas últimas son muy relevantes debido a que determinan que tan rápido y en que dosis debe ser administrada una droga para ser efectiva en neutralizar o aminorar el avance del virus.

Los principales medicamentos utilizados en la actualidad para combatir el VIH se basan precisamente en el conocimiento del genoma del virus y su función. Las medicinas anti-retrovirales (el VIH pertenece al grupo de los retrovirus) inhiben o interrumpen partes especificas del ciclo del virus, ya sea en el reconocimiento de los receptores entre el virus y las células hospederas, en la replicación del genoma, o la reintegración de los componentes estructurales del virus una vez estos se forman dentro de las células hospederas [15] [16]. Por ejemplo, la retrotranscriptasa viral permite transcribir la molécula de ARN del virus en una molécula de doble hélice de ADN que se integra al genoma de la célula infectada; los agentes farmacéuticos de control (drogas anti-retrovirales), interfieren con el proceso de generación de la molécula de ADN, haciendo imposible para el virus multiplicar sus proteínas, que son creadas una vez la doble hélice viral es integrada en el genoma hospedero (para ver el ciclo del virus y un ejemplo de cómo actúan las medicinas de control refiérase al siguiente video: http://www.youtube.com/watch?v=RO8MP3wMvqg). Aunque dichos agentes anti-retrovirales suelen ser efectivos mientras su administración sea continua, el VIH (o mejor dicho, algunos de los miembros de la cuasi especie), pueden desarrollar resistencia a dichas drogas.

Si bien es cierto que en la actualidad se ha avanzado considerablemente en el tratamiento del virus del SIDA, aun no existe una vacuna, ni un tratamiento que garantice eliminar el virus completamente del sistema humano. Sin embargo, como suele ocurrir normalmente en la evolución, la especie humana contiene mecanismos de inmunidad natural de los cuales pueden surgir nuevas ideas para la erradicación del virus. Un estudio de mujeres dedicadas a la prostitución en el oeste de África mostró como muchas de ellas no mostraban signos de persistencia del VIH a pesar de estar continuamente expuestas al virus [17]. Al parecer su inmunidad estaba dada por factores inmunológicos de alta especificidad que controlan el virus. Sin embargo, la inmunidad no siempre esta ligada a la posibilidad de producción de defensas especificas; un estudio publicado en el 2005 [18] muestra como mutaciones en los alelos (posibles variantes de cada gen) de los genes que producen los receptores celulares reconocidos por los virus impiden que el virus se ancle a las células y produzca la infección. Aunque las investigaciones para emular factores que surgen naturalmente para contrarrestar el virus no es muy extensa si se compara con la de agentes anti-retrovirales, existen algunos estudios en este campo. Un artículo publicado en la revista de la facultad de química farmacéutica de la universidad de Antioquia, muestra una revisión acerca de un grupo de proteínas que cambian ciertos caracteres (bases) de las secuencias de ADN o ARN foráneo (en este caso el del virus), y su posible implicación en el control del virus [19]. Adicionalmente se han explorado compuestos naturales que pueden llegar ha tener actividades especificas anti-retrovirales como ocurre con algunos compuestos derivados de la medicina tradicional china [20], y compuestos aislados de organismos marinos que están bajo estudios para determinar su actividad antiviral [20].

El VIH se ha convertido en la pandemia más conocida de las últimas décadas. El carácter cambiante del virus es el problema central para los tratamientos que buscan su erradicación. Aunque el VIH todavía afecta a millones de personas en el mundo, el conocimiento del genoma, la estructura y las interacciones fisiológicas de dicha entidad vírica, han permitido un avance importante hacia el desarrollo de una cura definitiva, que esperamos se encuentre en un futuro no muy lejano.

Referencias

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Por Morgan Echeverry Solarte


Recientemente se cumplieron 10 años del anuncio por parte de Bill Clinton, Francis Collins y Craig Venter de la secuenciación del 98% del genoma humano. Desde ese entonces (y sin duda desde mucho antes) las especulaciones respecto a los alcances de este proyecto han estado al orden del día. Muchos vieron (y han visto) en este proyecto la solución a crueles enfermedades como el cáncer y el Alzheimer, mientras que otros han argumentado con vehemencia los riesgos éticos que conllevaría el conocimiento del genoma humano. Así pues, parecía que los científicos estaban abriendo una caja de Pandora con insospechadas consecuencias.

Sin embargo, muchos hoy esperan por los aclamados logros o radicales cambios que alcanzaría el proyecto. El propio Francis Collins acepta con un poco de resignación que estamos aún lejos de poder impactar masivamente la salud pública, mientras que Venter argumenta que la revolución solo estaba empezando y que serán necesarias computadoras con mucho mas poder de análisis. Así pues, se ha ratificado que la Caja que Pandora pretendía abrir para conocer los secretos de la biología humana era más compleja de lo que se esperaba.

Aunque la decepción por los alcances inmediatos de conocer el “Santo Grial” de la vida no se pueden esconder, tampoco se puede echar a saco roto los avances a largo plazo que esto significó y las semillas que plantó para una nueva etapa de investigación que hoy se está viviendo. Etapa que curiosamente es mucho más sigilosa (al menos ante los medios de comunicación), pero que está dando a Pandora nuevas herramientas, a la vez que la está poniendo ante un desafío para abrir su caja: La comprensión sistémica de cientos de secuencias así como de datos fisiológicos y ambientales. En esta nueva fase de estudios, en lugar de utilizar el ADN de un solo individuo y así buscar una sola secuencia consenso, se están usando enormes poblaciones de individuos con la finalidad de conocer en detalle la variación genética. Durante esta nueva etapa, enormes esfuerzos se han hecho en tratar de entender complejas características (tales como el cáncer) en donde muchísimos genes están envueltos. Algunos científicos se sienten optimistas con los nuevos logros alcanzados, mientras que otros aún siguen precisando que difícilmente podremos reducir el entendimiento de complejas enfermedades a solo genes.

En el presente ensayo narraremos brevemente los cambios y avances investigativos que se presentaron y se están presentando tras la consecución de los Proyectos genómicos. En el curso de esta descripción nos centraremos en uno de los protagonistas que están produciendo estos cambios: las nuevas técnicas de secuenciación. Estos instrumentos los consideraremos como nuevas herramientas que Pandora en potencia podría usar para seguir abriendo su caja; de hecho apreciaremos que desde ya están impactando diferentes campos de investigación genética. Al final evaluaremos si estos nuevos avances serán suficientes para que Pandora abra su caja.



De los Marcadores Moleculares a las Nuevas Técnicas de Secuenciación

Dentro de la biología un marcador es un carácter, una molécula o un gen cuya presencia está altamente correlacionada con la presencia de otro carácter. Así pues, en el caso de los marcadores moleculares, son secuencias de ADN que están correlacionadas con la presencia de un gen o un carácter. Durante los años 80’s y 90’s los marcadores moleculares fueron trascendentales en la construcción de mapas genéticos (un representación gráfica de los cromosomas donde se localizan los marcadores y sus asociación con una característica) en una gran variedad de especies. El empleo de los marcadores moleculares y de los mapas genéticos fue muy exitoso en el entendimiento de características cualitativas donde solo uno o pocos genes están estrechamente correlacionados con una característica determinada. Sin embargo, han sido poco útiles para dilucidar la genética de complejos caracteres cuantitativos (como el cáncer, obesidad, hipertensión o diabetes), en los cuales muchos genes están asociados. Para tratar de entender estos complejos caracteres, los científicos se enfocaron en pequeños cambios que se presentan dentro de las poblaciones y que son conocidos como SNPs (acrónimo en inglés de Single Nucleotide Polymorphism, que se traduciría al español como polimorfismos de un solo nucleótido). Aunque más de un 99% de las secuencias en las poblaciones humanas son iguales, las pequeñas variaciones existentes pueden tener un impacto en cómo los humanos responden a enfermedades, factores ambientales, drogas y terapias [1]. Así pues, los SNPs tienen un importante valor en la compresión de la genética, debido a que se tratan de alteraciones en un solo nucleótido.

Desde mediados de los 90’s los científicos han considerado que los SNPs son la clave para la compresión de caracteres cuantitativos, siendo por esto que uno de los objetivos del Proyecto Genoma Humano fue el de encontrar 3.7 millones de SNPs [2]. Sin embargo la manera de establecer las asociaciones entre un SNPs y un carácter (como por ejemplo, una enfermedad) son difíciles de realizar mediante los métodos de análisis genético tradicionales, ya que un solo SNP puede tener una pequeña contribución sobre el carácter. Debido a esto apareció dentro del análisis genético una estrategia conocida como mapeo por asociación. Este tipo de estudios se caracterizan por ser estudios a gran escala, donde centenares (sino miles) de secuencias de ADN (usualmente SNPs) son comparadas entre muchísimos individuos. Los mapas por asociación pueden ser desarrollados mediante (1) asociación de genes candidatos (genes que a través de previos estudios se sospecha tienen un rol importante en la característica estudiada) o mediante (2) mapeo de asociación genómica (del inglés Genome-Wide Association Studies, GWA; también conocidos en inglés como whole genome association study, WGA) [4]. Los GWA son considerados por muchos genetistas y biólogos moleculares como la más importante táctica desarrollada para la compresión de caracteres complejos, de tal forma que pudiese ser considerada como la mejor estrategia de Pandora para seguir abriendo su caja. Sin embargo vale la pena mencionar que como su nombre lo índica involucra un estudio sistémico de todo un genoma y no una reducción a pocos genes.

El poder de los GWA se centra en el conocimiento de un gran número de SNPs. Es por eso que tras la culminación del Proyecto Genoma Humano este esfuerzo fue centralizado con la creación del proyecto Internacional HapMap [5] cuya finalidad es identificar y catalogar las similaridades y diferencias genéticas entre humanos. Para llevarlo a cabo, el proyecto ha usado ADN de diferentes poblaciones del mundo: Nigeria, Japón, China y residentes de USA cuyos ancestros son Europeos occidentales. En términos técnicos, el proyecto usa Chips de ADN (microarreglos) con centenares de SNPs con la finalidad de realizar las comparaciones entre las poblaciones. De esta forma el proyecto HapMap ha logrado dilucidar la diversidad genética humana a nivel de las variaciones comunes, sin embargo, estas variaciones no han logrado explicar muchas de las enfermedades humanas, por lo que se espera que en variaciones menos frecuentes (raras) este la clave [6].

Hasta hace muy pocos años, encontrar las pequeñas y raras variaciones en el ADN era un enorme reto técnico debido a que se hacía necesario secuenciar grandes poblaciones humanas. Sin embargo, en los últimos cinco años nuevos secuenciadores y técnicas de secuenciación han revolucionado el mundo genético y biotecnológico, a tal punto que muchos hablan que se está presentando una nueva revolución genética [4, 7]. Esta nueva revolución está dando una mejor compresión de la genética de caracteres complejos y pareciera que Pandora se acerca más al conocimiento del interior de su caja. A continuación describiremos las principales características de estas nuevas técnicas de secuenciación.


La Nuevas Herramientas de Pandora: Nuevas técnicas de Secuenciación

A diferencia con el método tradicional de secuenciación conocido como método de Sanger, las nuevas técnicas de secuenciación se caracterizan por obtener resultados sobre secuencias cortas (35-250 pb en comparación al método de Sanger, en el que se secuencian fragmentos entre 650-800 pb). Esta característica fue vista inicialmente como una desventaja por parte de los investigadores [8]. Sin embargo, con el advenimiento de complejos programas bioinformaticos, el ensamblaje y unión de estas cortas secuencias ha permitido dilucidar genomas enteros. Igualmente estas técnicas se caracterizan por su capacidad de procesar millones de muestras en paralelo en lugar de 96 como lo hacia el método de Sanger. Adicionalmente, las secuencias producidas en las nuevas técnicas son obtenidas a través de “librerías de ADN” en las cuales no es necesario los procesos de clonación en Escherichia coli [9].

Actualmente, podemos encontrar seis nuevos tipos de plataformas (término usado para referirse al sistema: máquina-programa) usadas en la secuenciación. Las plataformas Roche 454 GS FLX, Illumina Genome Anlayzer IIx, ABI SOLID 3 plus System y Pollinator G.007 son basadas principalmente en Reaccion en Cadena de la Polimerasa (PCR, en ingles). Mientras que las más recientes plataformas Helicos Genetic Analysis y Pacific Biosciences SMRT technology no son basadas en PCR sino en la secuenciación de una sola molécula [10]. Otra característica importante a nombrar son los altos precios que aun se tienen por estas plataformas. Los costos van desde los US$ 170.000 para el caso del Pollanator hasta US$ 999.000 en el caso de Helicos [10]. Por tales motivos, muchos laboratorios que poseen estos poderosos aparatos son el resultado de consorcios investigativos entre sectores públicos y privados. Finalmente, en cuanto a detalles operativos y técnicos, las nuevas metodologías de secuenciación basas en PCR presentan dos importantes fases: 1. Unos pasos de pre-secuenciación, donde una “librería” de ADN es creada usando adaptadores específicos (secuencias de ADN) y subsecuentes variaciones de la PCR, y 2. El uso de una química específica de secuenciación. Es importante anotar, que actualmente las tecnologías que más han impactado la investigación han sido Roche 454 GS FLX e Illumina Genome Analyzer IIx. A continuación daremos una breve descripción de ellas.

La plataforma Roche (454) GS FLX sequencer fue introducida al mercado en 2004 por la popular multinacional Roche y su división Life Science. Esta fue presentada a la comunidad científica en 2005 por Margulies et al. (2005) [11] al secuenciar de novo el genoma bacterial de Mycoplasma genitalium. Los resultados obtenidos por estos autores fueron comparados con la secuencia previamente obtenida por el método de Sanger, resultando en un 99.96% de precisión. Dentro de las principales características técnicas usadas con esta plataforma, están la inmovilización del ADN a secuenciar por medio de unas esferas con afinidad específica (o cuentas de collar, del inglés beads), y la creación de una librería de ADN a partir de una modificación de la PCR conocida como PCR de emulsión. Este proceso usa burbujas de un tipo especial de emulsión, las cuales impide que haya competencia entre otro tipo de templados de ADN. La secuenciación es desarrollada sobre una placa especial de titulación conocida en ingles como “PicoTiterPlate“. Los diminutos pozos de esta placa permiten que solo una esfera con millones de copias de un fragmento de ADN sea incorporada dentro de ellos. Una vez realizado este procedimiento las enzimas de secuenciación son depositadas sobre los pozos de la placa. La placa es entonces llevada al secuenciador donde la reacción química conocida como secuenciación mediante síntesis o pirosecuenciación es llevada a cabo. Es importante recordar que el proceso de pirosecuenciación se estará realizando paralelamente en cada uno de los pozos de la microplaca de titulación con diferentes moléculas, de tal forma que cientos de señales luminícas son leídas a la vez. De esta forma es posible producir aproximadamente 100 Mb de datos de secuencias por 7 horas de corrida con un promedio de longitud de lectura de 250 pares de bases. Resultado que contrasta con el ABI 3730 programado para desarrollar la secuenciación tradicional de Sanger, donde es producido 440 kb de datos de secuencia en 7 horas, con un promedio de longitud de lectura de 650 pares de base por muestra [9]. Una descripción en multimedia del funcionamiento de la Plataforma Roche 454 GS FLX así como del proceso de pirosecuenciación puede ser observada en las referencias [12] y [13] respectivamente.

Por su parte, la empresa norteamericana Illumina introdujo al mercado en el año 2006, la plataforma conocida como Illumina Genome Analyzer. Esta es basada en el concepto de secuenciación mediante síntesis, el cual permite producir secuencias de 32 a 40 pares de bases de decenas de millones de fragmentos de ADN [9]. Dentro de las principales características técnicas de esta estrategia está el uso de una celda de flujo de vidrio (del inglés glass flow cell). Esta celda es compuesta de 8 líneas en las cuales se encuentran oligos covalentemente unidos a la superficie. Estos oligos se hibridan con el ADN a secuenciar mediante la ayuda de adaptadores y de tratamientos de temperatura. Reactivos de PCR son añadidos sobre estas celdas con el fin de amplificar los fragmentos en áreas discretas o “clusters” [9]. Esta PCR es conocida como amplificación en puente y determina el fin de los pasos de la pre-secuenciación. A continuación las celdas son llevadas a la plataforma Illumina Genome Analyser con la finalidad de iniciar la secuenciación. Dentro de ella, cada cluster es suplido con polimerasa y nucleótidos que tienen su 3’OH químicamente inactivado, con la finalidad de incorporar solo una base por ciclo [9]. De esta forma cada base que se incorpora en cada cluster es registrada por la plataforma. Este proceso se repite por cada nucleótido. Al final de cuatro días aproximadamente, la secuencia de cada cluster es registrada llevándose a cabo los subsecuentes análisis de resultados. Para la comprensión gráfica de este proceso, se recomienda seguir la referencia [14].


Impactos de las Nuevas Técnicas de Secuenciación Sobre la Genética Humana

El campo de investigación biológica que más ha sido impactado por la nueva estrategia de Pandora (los GWA) y sus nuevas herramientas (las nuevas técnicas de secuenciación) ha sido sin duda la genética humana. El primer impacto fue publicado en el año 2008 cuando la secuencia completa del Doctor James D. Watson fue conseguida mediante la plataforma Roche (454) GS FLX sequencer [15]. Esta publicación constituyó un hito dentro de la historia de la genética humana, debido a que previamente había sido imposible secuenciar de manera rutinaria el genoma entero de una persona. El proyecto genoma humano, desarrollado durante los años 1990 a 2001, había revelado una secuencia consenso del las 3200Mb que componen el genoma de los seres humanos. Sin embargo, esta secuencia consenso era el paso inicial para empezar a estudiar en detalle la biodiversidad genética humana, ya que aun eran necesarias metodologías rutinarias para una “secuenciación personalizada”. La secuencia del doctor Watson fue obtenida en tan solo dos meses, representando un avance gigantesco en cuanto a la efectividad del método, teniendo en cuenta que la consecución de la secuencia consenso del genoma humano fue obtenida tras 11 años de investigación.

Considerando la experiencia del proyecto HapMap, en el año 2008 fue lanzado el proyecto 1000 genomas (1000 Genomes Project) con la finalidad de encontrar las variantes genéticas cuyas frecuencias son menores a 1% usando las nuevas plataformas de secuenciación [16]. Se espera que los resultados de este proyecto complementen y fortifiquen los GWA, permitiendo encontrar con mayor precisión las verdaderas regiones de ADN donde se encuentran los genes relacionados con ciertas características poligénicas. Es importante anotar, que el espectro de individuos en este proyecto es mucho más amplio en relación al HapMap, e incluye poblaciones latinas, estando entre ellas un grupo de Medellín (Colombia) [16].


Impactos de las Nuevas Técnicas de Secuenciación Sobre Investigación Animal y de Plantas

Desde siempre, los adelantos obtenidos en genética humana han sido extrapolados a la investigación en otros campos biológicos, lo que indicaría que la caja de Pandora no solo se abriría en la biología humana, sino en toda la biología en su conjunto. Sin embargo, a diferencia de las investigaciones realizadas en los humanos, muchos de los estudios en plantas y animales usando nuevas tecnologías de secuenciación y aplicando GWA estrategias se encuentran en pasos iniciales. En el caso de las plantas, es importante mencionar el caso del proyecto 1001 genomas de Arabidopsis thaliana lanzado en 2008 cuya finalidad es descubrir la variación a nivel de genomas enteros de 1001 accesiones de arabidopsis. Su forma de operar es similar a la del proyecto realizado en humanos, sin embargo una de las grandes diferencias, es que en plantas podemos generar infinitos clones de cada una de las accesiones creadas, lo cual redunda en la posibilidad de evaluar las plantas en gran diversidad de ambientes [17].

En el caso particular de plantas y animales usados agrícolamente, las nuevas tecnologías de secuenciación constituyen un avance para aquellas especies consideradas como huérfanas, en relación a estudios moleculares. Es bien conocido que organismos como el maíz, el arroz, caballos, pollos o vacas han sido estudiados bajo proyectos de secuenciación de sus genomas, sin embargo otras especies de mediana o poca importancia no han sido estudiados al mismo nivel. Dadas las características de estas nuevas metodologías, se espera que el número de especies estudiadas a nivel molecular incremente significativamente [18]. En el campo del mejoramiento genético de plantas y animales, se espera que las nuevas tecnologías permitan encontrar mucho más fácil nuevos marcadores moleculares, así como el desarrollo de complejos estudios de asociación de genomas completos [18].

Por otra parte, se espera que las nuevas tecnologías de secuenciación impacten a su vez estudios filogenéticos, estudios de radiación adaptativa, así como estudios de conservación en animales y plantas. Las nuevas tecnologías de secuenciación permitirán incrementar la cantidad de información en el momento de realizar filogenias, por lo que se espera que la resolución (posibilidad de ver diferencias entre individuos) de éstas mejore significativamente [10]. Por otro lado, los estudios de radiación adaptativa se verán muy beneficiados al contar con la capacidad de secuenciar rápidamente el ADN de individuos adaptados bajo determinadas condiciones. Esto permitiría en potencia la identificación de loci relacionados con variaciones morfológicas, variaciones en comportamiento y/o variaciones fisiológicas [10]. Así mismo, los estudios de conservación se verán beneficiados por la relativa facilidad de encontrar nuevos SNPs y microsatélites, los cuales se han usado tradicionalmente en esta disciplina. Sin embargo, quizás el mayor avance, es que podrán analizarse la secuencia de cientos de individuos en corto tiempo, lo cual permitirá incrementar la precisión de estos estudios de secuenciación [10].


¿Podrá Finalmente Pandora abrir su Caja?

Hacia el año 2005, antes de la aparición de los primeros estudios de asociación genómica (GWA) hubo un importante escepticismo respecto a sus alcances. Sin embargo, en 2008 los logros de este tipo de estudios superaron hasta los pronósticos más optimistas, ya que se identificaron 250 loci en los cuales variaciones genética comunes ocurren y que están asociadas con características poligenéticas [7]. Siendo lo más importante aún, que estos loci eran reproducibles entre estudios, ya que muchas de las fallas en las previas investigaciones era la poca reproducibilidad entre poblaciones. Sin embargo aun faltaba conocer más respecto a variaciones poco frecuentes tal y como lo explicábamos previamente. La aplicación de las nuevas técnicas de secuenciación parecieran estar solucionando este problema, ¿significa esto que finalmente Pandora abrirá la caja de la vida? Los optimistas pareciera que han aprendido de los errores del pasado, y ahora exponen de manera más conservadora los logros que podemos alcanzar. De acuerdo a ellos, el fin último de los GWA no es tanto la predicción del riesgo a enfermedades, sino el entendimiento de la compleja genética y redes bioquímicas que están envueltas en estas complejas características. Ellos ven esto como un primer y significativo avance que está generando información nueva a gran escala, la cual podría ser usada en el futuro para determinados fines. Nuevamente ellos están confiados que con la implementación de las nuevas tecnologías de secuenciación, logremos conocer las variantes genéticas poco frecuentes en las poblaciones, las cuales a su vez indique nuevas luces en el conocimiento de la caja de la vida. En este sentido, los resultados del 1000 Genomes Project serán fundamentales.

Por su parte, los escépticos piensan que el valor de estos descubrimientos es modesto ya que las variantes genéticas encontradas tienen pequeños efectos sobre la heredabilidad. Otro argumento, en contra es que se cree que los GWA determinarán que muchísimos genes están afectando las características, a tal punto que se podría llegar a concluir que cada gen en el genoma teóricamente podría estar implicado en la característica estudiada, situación que obviamente se hace ineficiente. Los genetistas entonces se encuentran divididos en precisar los verdaderos alcances de las nuevas estrategias y de los últimos avances tecnológicos. En nuestro concepto, Pandora cada vez cuenta con más herramientas sofisticadas que le dan mucha más información, pero que curiosamente cada vez le demuestran que su caja no puede ser abierta desde la simple reducción de unos pocos genes. Su desafío será armar un infinito rompecabezas de miles y miles de datos de información genética, fisiológica y ambiental, lo cual sin dudas mantendrán a Pandora muy ocupada. Cada vez que Pandora arme una pequeña parte del rompecabezas tendrá algún impacto sobre nosotros, aunque difícilmente podrá abrir la caja por completo. Solo esperemos que al menos le dé la posibilidad que a través de esta caja salga la esperanza y no los males de la humanidad.


Referencias

[1] http://www.ornl.gov/sci/techresources/Human_Genome/faq/snps.shtml
[2] Collins, F. S, M. Morgan & A. Patrinos. 2003. The Human Genome Project: Lessons from Large-Scale Biology. Science 300, 286.
[3] Zhu, C., M. Gore, E. S. Buckler, and J. Yu. 2008. Status and prospect of association mapping in plants. The plant genome 1: 5-20
[4] Hardy, J. & A. Singleton. 2009. Genomewide Association Studies and Human Diseases. The new England Journal of Medicine. 360, 14 1759-1768.
[5] http://hapmap.ncbi.nlm.nih.gov
[6] http://www.1000genomes.org/page.php?page=about
[7] Hirschhorn, J.N 2009. Genomewide association studies-Illuminating biologic pathways. New England Journal of Medicine. 360;17:1699-1701.
[8] Shuster, C. S. 2008. Next-generation sequencing transforms today’s biology. Nature Methods 5:16-18.
[9] Mardis, E. R. The impact of next-generation sequencing technologies on genetics. Trends in Genetics 24 N0.3: 133-141.
[10] Lerner, H. R. L. & R. C. Fleischer. 2010. Prospect for the use of Next-Generation Sequencing Methods in Ornithology. The Auk 127(1): 4-15.
[11] Margulies, M., M. Egholm, W. E. Altman, S. Attiya, J. S. Barder, L. A. Bemben, J. Berka, M. S. Braverman, Y. Chen, Z. Chen, S. B. Dewell, L. Du, J. M. Fierro, X. V. Gomes, B. C. Godwin, W. He, S. Helsegen, C. H. Ho, G. P. Irizyk, S. C. Jando, M. L. I. Alenquer, T. P. Jarvie, K. B. Jirage, J. Kim, J. R. Knight, j. r. Lanza, J. H. Leamon, S. M. Lefkovitz, M. Lei, J. Li, K. L. Lohman, H. Lu, V. B. Makhijani,K. E. McDade, M. P. McKenna, E. W. Myers, E. Nickerson, J. R. Nobile, R. Plant, B. P. Puc, M. T. Ronan, G. T. Roth, G. J. Sarkis, J. F. Simons, J. W. Simpson, M. Srinivasan, K. R. Tartaro, A. Tomasz, K. A. Vogt, G. A. Volkmer, S. H. Wang, Y. Wang, M. P Weiner, P. Yu. R. F. Begley & J. M. Rothberg. 2005. Genome sequencing in microfabricated high-density picolitre reactors. Nature 437:376-380.
[12] http://www.youtube.com/watch?v=bFNjxKHP8Jcm
[13] http://www.youtube.com/watch?v=kYAGFrbGl6E&NR=1
[14] http://www.youtube.com/watch?v=HtuUFUnYB9Y&feature=related[15] Wheeler, D. A., M. Srivinivasan, M. Egholm, Y. Shen, L. Chen, A. McGuire, W. He, Y. Chen, V. Makhijani, G. T. Roth, X. Gomes, K, Tartaro, F. Niazi, C. L. Turcotte, G. P. Irzyk, J. R. Lupski, C. Chinault, X. Song, Y. Liu, Y. Yuan, L. Nazareth, X. Qin, D. M. Muzny, M. Margulies, G. M. Weinstock, R. A. Gibbs & H. M. Rothberg. 2008. The Complete Genome of a Individual by Massively Parallel DNA sequencing. Nature 452: 872-877.
[16] http://www.1000genomes.org/page.php?page=about
[17] http://www.1001genomes.org/
[18] Varsheney, R. K., S. N. Nayak, G. D. May & S. A. Jackson. Next-generation sequencing technologies and their implications fro crop genetics and breeding. Trends in Biotechnology 27, 9 522-530.